"ORO LÍQUIDO... SABOR INTENSO, TESTIGO DEL PASADO"

En la comarca conviven modernas industrias con almazaras tradicionales. Así, pasado y presente se dan la mano ofreciéndonos un aceite de primera calidad, elaborado a partir de variedades genuinas como “alquezrana”, “negral” o “verdeña”, y otras más conocidas como “empeltre” o “blancal” que dan color, aroma, personalidad y sabor a nuestra gastronomía.
  
"RECOLECTA DE LA ACEITUNA"


Durante la antigüedad ningún árbol fue tan útil, tan valioso, ni tan venerado como el olivo. Símbolo de la fertilidad, la belleza y la paz, prestaba sus ramas para la coronación de los vencedores en juegos pacíficos y en sangrientas guerras. Luz, medicamento, ungüento ritual, perfume, lubricante, constituía un alimento indispensable y el culto a los muertos era inimaginables sin él. El origen de su cultivo se pierde en el tiempo y su expansión se confunde con la de las civilizaciones mediterráneas. El olivo tradicionalmente ha compartido la tierra en el Somontano con un auténtico mosaico de cultivos de secano: cereal , almendro y vid. La esencia de este paisaje radica en esa especial disposición de la vegetación, en la que se alternan campos cultivados y áreas de matorral y bosque de carrasca, igual que un mosaico ordenado a la medida del hombre. Cientos de años de esmerados cuidados nos han legado multitud de olivares centenarios, verdaderos monumentos naturales, de cuya longevidad dan testimonio sus grandes y bellas peanas o tozas.



LA MECANIZACIÓN, TAMBIÉN, HA LLEGADO A LA FORMA DE RECOGER LAS ACEITUNAS.

Olivos centenarios dibujan un paisaje lleno de tradición y cultura del aceite. El árbol del olivo (Olea europea var. europaea) es un árbol admirable: fuerte y robusto, es capaz de resistir temperaturas extremas (de 40 º C a -7º C), de soportar largos períodos de sequía y de vivir en suelos pobres y pedregosos.

Los aceites del Somontano, de una excepcional calidad, son puro zumo de aceitunas sanas que conservan todas sus vitaminas y antioxidantes naturales.

La variedad de los olivos, el tipo de suelo en el que crecen, las características del terreno en el que se asientan, las circunstancias en las que han madurado las olivas, el cuidado con el que se haya realizado su recolección y molienda y el clima, imprimen un sello de identidad a cada aceite.

Su olor es muy similar al que tiene el fruto recién recogido, maduro o verde. El amargor y picor son atributos positivos del aceite, que indican su alto contenido en polifenoles, que le aportan estabilidad.

Los atributos que perfilan sus características (afrutado, dulce, amargo, picante, regusto almendrado, manzana, verde hierba o verde hoja) revelan la complejidad de sensaciones que despiertan en el olfato y el paso en boca estos excepcionales aceites.
 Fruto de la adaptación y selección, tanto natural como humana, del olivo a lo largo de los siglos, hoy se cuenta con más de 18 variedades de olivo, algunas autóctonas e incluso exclusivas de algunos pueblos.

Tradicionalmente, en un mismo campo se plantaban variedades distintas a fin de garantizar una mínima provisión de aceitunas todos los años, intentando contrarrestar la alternancia en la producción que caracteriza al olivo. En cada olivar, entre los cultivados para producir aceite, no es raro encontrar algunos ejemplares aislados de olivos de otras variedades apropiadas para consumir en aliño.

En la actualidad en nuestra comarca hay unas 4.000 has. de olivar, que representan el 4% de la superficie total cultivada. La producción media de aceituna para molienda es de unas 3.500 Tn. aunque depende de la climatología de cada campaña. Las nuevas plantaciones se dan en terrenos de regadío con marcos de plantación que permiten al mecanización del cultivo.

 Estas son algunas de las variedades somontanesas:
NEGRAL, ,ALBARETA, ALCAMPELINA, ALQUEZRANA, ARBEQUINA, INJERTO O EMPELTRE ,NERAL PANSEÑERA, VERDEÑA...